Con ayuda de Tsun Tzu

El día que se hizo oficial nuestra (mala) relación con los vecinos...

Lo descubrimos ayer, el día siguiente a la cena con Emilio y Laura. Aunque nuestra ludopatía (acrecentada por la influencia de Hugo) nos hizo abandonar el piso pronto, debimos molestar a alguien. Estamos seguros de que los decibelios emitidos por 4 personas cenando, no tiene porqué asenderear a nadie, aunque tampoco nos acordamos de conectar el sonómetro...

El caso es que el día siguiente encontramos el buzón reventado, y con 1 periódico arrugado metido a presión, para colmo era gratuito y cuya difusión no va más allá que el distrito de Tetuán (como veis nos estamos convirtiendo en buenos planificadores). El buzón estaba desarmado y sus piezas repartidas por el inmenso hall del edificio.

Conjeturas:

• Vivimos en el 3ºB.
• La vecina del 2ºB es muy maja, nos saluda siempre.
• En el 4ºB no vive nadie
• La vecina del 3ºA es una "tiquismiquis", ya vino a casa (cuando firmábamos el contrato) para decirnos que nos habíamos dejado el ascensor mal cerrado...
• El resto de vecinos están muy lejos

Si a esto le sumamos que el buzón del 3ºA era el único que no tenía su periódico... blanco y en botella...

Aun a riesgo de equivocarnos y ganar una nueva enemiga en el vecindario decidimos vengarnos. ¿Qué habría hecho Tsun Tzu en nuestra situación? "El Arte de la Guerra" nos enseñó a planear una estrategia efectiva contra un ejército enemigo, pero ¿qué hacer con una vecina quisquillosa que siempre ataca nuestro buzón?

La decisión que tomamos fue dejar el periódico arrugado y medio roto (tal cual lo encontramos en el buzón) en el felpudo de la señora. Parece una medida chorra... pero no! ahora ella sabe que sabemos que es ella quien nos "putea" el buzón. La tenemos, como diría Carlos Baute, colgando en nuestras manos...