Nuestras vecinas

El día en que nos convertimos en personas non gratas...

Hasta ahora no habíamos comentado nuestra relación con las vecinas, pero la situación ya se va mereciendo una entrada... Para contextualizar, he de decir que la juventud no es un rasgo que destaque entre ellas.

Nada más llegar nos encontramos con el primer problema; a Hugo se le escapó la toalla y paró en el tendedero del piso de abajo, recuperarlo fue un suplicio. La señora pasó 4 días sin abrirnos la puerta (aunque escuchábamos la TV desde fuera). La solución fue dejarle una nota en la puerta y esperar otro día hasta que se decidió a abrir.

Pero eso no es nada comparado con las tensiones que han surgido después de la visita de Ausrine. La vecina más próxima, la del "a", se ha aficionado a dar golpecitos en la pared a la 1 de la madrugada (mientras nosotros teníamos una agradable y tranquila conversación), nuestra primera hipótesis era que estaba matando moscas... pero cuán equivocados estábamos, ¡nos ganamos nuestra primera enemiga! Sí, estamos seguros... ¿por qué? porque hoy teníamos el buzón lleno de papeles rotos y arrugados (como si el demonio se hubiera apoderado de una señora de 70 años).

Al menos, la del primero y sus perros nos saludan y despiden cada vez que pasamos por allí, realmente es agradable tener alguien que nos de la bienvenida, cuide y ambiente la finca.