viernes, 7 de enero de 2011

Con el carrito del helao


Hola gentuza!

He aquí este magnífico post para comentar nuestras incidencias en un magnífico Navibús!! Bien!!! (modo irony off)

Pues eso, resulta que este invierno en Madrid ha circulado un maravillos bús turístico descubierto con el que podías ver la iluminación del centro de Madrid. Y como el 99% de los españoles, la previsión no es una característica destacable..

Así que allá fuímos, el último día, a última hora, donde nos encontramos con una buena cola, prestos a disfrutar del inigualable espectáculo de este novedoso bús (mensaje del sistema: fallo en la desconexión del modo irony)

Análisis del susodicho: se trataba de un autobús turístico, descubierto por arriba, en el que te dabas una vuelta para ver la iluminación del centro de Madrid (viva la duplicación de información)

Detalles:
-El viaje... señores de EMT: es una buena iniciativa pero sin duda se agradecería un poco más de tiempo. El recorrido se hace repetitivo y dura muy poco.
-El recorrido.. pues... una mierda. Desde Colón, pasas por la puerta de Alcalá, Cibeles, la mitad de la Gran Vía y... vuelta... a tomar por culo. Ves cuatro mierdas de bombillas y vuelta por Serrano, donde están las mejores iluminaciones.
-La velocidad. Señores conductores de autobuses que se creen que la ruta turística debe ser igual a la normal. Vamos, que el conductor estaba hasta la polla de ir por el mismo sitio y tenía ganas de terminar. Giros, adelantamientos... todo a velocidad acelerada. Yo lo agradecí enormemente porque el recorrido era una mierda pero la panda de niños que iban en el autobús no pudieron ver mucho.
-Usuarios... si alguien alguna vez necesita de un par de especialsita sen cruzarse con la gente más rara del mundo, somos los mejores. Esto es:
_Un par de revisores que a una hora de acabar el recorrido avisaban a los que estaban en la cola que a lo mejor no daba tiempo de subir... esas ganas de currar...
_La abuela altavoz que se llevó por delante los tímpanos del autobús. Una adorable mujer que a grito pelao nos amenizó la velada. Desde " esto que é sí está el autobús medio vasio!" (justo antes de salir y ante la mirada violenta de los que se habían quedado en la cola), pasando por "mirad niños, qué bonito!"(a 5678 dB y a sus nietos, que inteligentemente se habían colocado a la otra punta del bús dejándola con los pringaos de delante... nosotros) hasta "estas sí que están shulas" (ante un par de mierdas de bombillas de un arbol sarnoso)
_Los rumanos que por allí pasaban. Una agradable parejita que se subió al bus pensando que era otra cosa porque pasaron hasta el culo de ver nada, a sobarla.
_Cantidad ingente de niños tocapelotas... No comment.
_Esa peaso guía que en teoría amenizaba el viaje contando historias sobre las calles de Madrid... (mensaje del sistema: modo irony on??)

Conclusión:

Se trata de ver lo mismo que puedes ver a pie pero pasando frio, a una altura un poco más alta y pagando. Sí, señor, somos los reyes de la oportunidad...

domingo, 2 de enero de 2011

Año nuevo


¡Feliz año nuevo!

Seguimos disfrutando de la capital, como buenos inmigrantes en Madrid. Aunque el trabajo no nos deje tiempo para hacer turismo, esta ciudad nos da la oportunidad de no aburrirnos.

Seguramente vosotros os comisteis las uvas en vuestra casa, viendo a las chicas mimadas (y mimosas) de Vasile, a la sustituta de Patricia en el Diario de Patricia o a José Mota... Yo no tuve más remedio que ir a la puerta del sol y comerlas con todos a la vez... Realmente nunca me plantee estar una nochevieja allí, pero existía la posibilidad de ir y yo me lo pensé poco.

Hugo se quedó en casa cenando con unos amigos que vinieron de su pueblo, así que me cogí a otro publicista (llámese Álex también) y nos fuimos a cenar en un restaurante y a entrar en el nuevo año como (nuestro) dios manda.

Aunque parezca mentira, no hay tanta gente, yo me agobio más en una tienda en rebajas. La gente muy contenta y feliz, hay buen ambiente, la verdad, aunque el corcho de tu botella de cava caiga muy cerca de un grupo de francesas, no perderán la sonrisa... Eso sí, algún rumano con ganas de bronca sí había...

El momento de las campanadas fue un show. Primero porque nuestras "uvas" eran más pequeñitas, sabían a chocolate y venían en una bolsa amarilla en la que ponía Lacasitos; es lo que tiene buscar uva el 31 de diciembre a las 8 de la tarde. Dejando a un lado ese detalle... aun dudamos si realmente existen esas campanadas, no oímos NADA, señores ¡que no os engañen! las campanadas son extradiegéticas, nos las ponen las televisiones.

Así que entramos en el año nuevo cuando encendieron las luces, un puñado de Lacasitos (todos de una vez) y a abrir otra botella de cava.